1. Origen de la familia según La Biblia.
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo, varón y hembra los creo. Y los bendijo Dios; y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. (Génesis 1:27:28)
Aquí vemos claramente que Dios creó al hombre y a la mujer, y les asignó tareas específicas relacionadas con tener hijos, y sobre su señorío sobre los animales, las plantas, los peces y sobre toda la creación en la tierra.
Cuando el Creador ordena a los seres humanos dar frutos y multiplicarse, se aseguró que los hijos de ese hombre y de esa mujer fueran semejantes los unos a los otros.
Cuando el Creador ordena a los seres humanos dar frutos y multiplicarse, se aseguró que los hijos de ese hombre y de esa mujer fueran semejantes los unos a los otros.
Sabemos, por propia experiencia, que en los primeros tiempos de sus vidas, los hijos de los hombres son débiles e incapaces de valerse por sí mismos, de tal manera que necesitan por largo tiempo, del cuidado de los padres para poder sobrevivir. Como consecuencia de esa necesidad de supervivencia, de sobrevivencia, de madurez, y de multiplicación, surge ese pequeño grupo humano, que ha sido llamado familia, y que debe satisfacer las necesidades de sus miembros. (Génesis 2:24; Marcos 10:9; Proverbios 18: 22).
En el ambiente de la familia aprenden, unos de otros, rutinas, costumbres, tradiciones efectivas, desarrollando los talentos y dones que Dios les ha dado a cada miembro de las familias y en particular de la familia cristiana, para enfrentar exitosamente el crecimiento de sus miembros y de las múltiples familias que se forman en una sociedad determinada. (Gálatas 5:13; 1 Pedro 4: 10-11; Proverbios 22:6; Deuteronomio 4: 9,6)
Por otra parte, para enfrentar exitosamente la tarea de llenar la tierra, sojuzgarla y señorear sobre todos los seres vivientes, estos grupos familiares han necesitado unirse y ejercitar el servirse los unos a los otros en amor, y ejercitar el poder que el Espíritu Santo representa en el creyente, para ser fuertes y cumplir estas tareas, que Dios les dio. (Juan 13: 1-17; 1 Corintios 4:20))
Queda así establecido que los miembros de la familia y ella misma han sido creados por Dios, y sus tareas en la tierra, también les han sido asignadas por el mismo Creador. El sueño de Dios para cada miembro de cada familia es que en la tierra, cada día practiquemos toda buena obra, y un día estemos con Él eternamente, alabándolo y adorándolo en el cielo (2 Timoteo 3:16-17; Apocalipsis 7:9-17; 22: 11-12, 14), por lo tanto el futuro de cada hombre y de cada mujer también ha sido establecido, dependiendo de ellos el que se cumpla o no.
2 Familias funcionales y familias disfuncionales.
Las verdades sobre las familias están escritas en la Palabra de Dios, que es La Biblia, en la cual se encuentra establecida la base de todo conocimiento sobre la familia, sus necesidades y el compromiso de desarrollar determinadas y obligatorias tareas, para que el bienestar esté presente y no le falte nada a ninguno de sus miembros: padres, hijos, hijas y sus descendientes. Multitud de materiales y documentos se han escrito sobre la familia, su historia, funcionamiento, crecimiento y corrección cuando hay daño en su seno. Estos documentos, es bueno y necesario analizarlos, porque muchos de ellos son confirmaciones de la Palabra de Dios, otros es necesario desecharlos porque son opuestos a lo que Dios establece, para la familia. (Deuteronomio 30:19).
2.1 La Familia Funcional
Cuando la familia está bajo la obediencia de Dios, es una familia funcional. En este caso cada uno de los que conforman una familia actúa siguiendo las instrucciones de Dios las cuales como sabemos, están escritas en La Biblia, y en este caso, a ninguno de sus miembros les falta nada, y eso es lo que se llama una familia funcional, es decir funciona para el bien de todos, tal como fue concebida. (Gálatas 5:13; 1 Pedro 4: 10-11. Juan 13: 1-17; 1 Corintios 4:20).
En la familia funcional observamos que todos los miembros de esas familias cooperan para que sean satisfechas las necesidades de sobrevivencia y de supervivencia; vemos que en su seno es común las siguientes características:
- Se ayudan los unos a los otros.
- Comparten lo que Dios les ha dado con el miembro de la familia que necesita. Así traen sus bienes, recursos, talentos y dones con los que Dios les ha bendecido, para compartirlos en el seno familiar, de acuerdo a las necesidades.
- El servicio y la protección son algo común, y más que necesario vital, de lo cual depende la buena vida de estas familias.
- La vivencia diaria del amor, del gozo espiritual, de la alegría y del agradecimiento a Dios es algo frecuente y cotidiano.
- Ante la evidencia de tanta bondad de Dios, en estas familias, es constante la actitud y la expresión de adoración a un Padre tan perfecto.
- En estas familias se tiene clara conciencia de la Gracia de Dios y de la presencia del Espíritu Santo en su ambiente.
- Los beneficios que Dios da a estas familias, lo comparten con la comunidad en la cual viven, y esto trae más bendiciones, porque entre más tienen más dan.
2.2 La familia disfuncional
La familia disfuncional surge cuando el funcionamiento de la familia, no está acorde con los fines para los que fue creada, y sus miembros sufren por sus desobediencias, entonces es común observar en estas familias, características como las siguientes:
- Egoísmos personales de sus miembros.
- Negación a sujetarse los unos a los otros.
- Son rebeldes al dejarse proteger y proteger a otros.
- Los miembros de la familia niegan ayudar y servir al que necesita.
- Son reacios a compartir con los otros miembros de la familia en necesidad, los bienes, talentos y dones que Dios les ha dado.
- En el seno de estas familias, son frecuentes, los comportamientos agresivos y violentos.
- El uso y abuso del alcohol y de otras drogas guían en muchas ocasiones la dinámica familiar.
2.3 Algunas estrategias básicas para restaurar la familia:
- Mantener las posiciones establecidas por Dios en la familia: el padre y la madre como tales, y los hijos como lo que son, hijos, cada uno con sus deberes, obligaciones y privilegios.
- El padre y la madre modelan las actitudes de apacibilidad, cuidado de Dios, franqueza, firmeza, prudencia, gentileza, amor, mansedumbre, humildad y control; y los hijos disfrutan y aprenden estas actitudes, amando, honrando y sometiéndose de buena manera a la autoridad representada por sus padres o de quien haga las veces; y todos a la vez se someten, agradeciendo y adorando a Dios.
- Los padres muestran la ternura y el afecto entre ellos, y con sus hijos, aún cuando estén en desacuerdo con sus puntos de vista y más aún, cuando necesiten disciplinar a sus hijos, por algunas faltas.
- Los hijos saben claramente donde está la autoridad en la familia, y aunque no estén de acuerdo con las actitudes, métodos y maneras de las autoridades cuando exigen la obediencia, aún así, la humildad propia de un hijo/a, se mantiene; y en los padres es requerido que la humildad, mansedumbre y el amor estén presentes y sean visibles, al exigir la obediencia de los hijos.
- Los miembros de la familia necesitan mostrar conductas apropiadas en la relación con otros, estas actitudes y conductas deben ser fruto de un corazón amoroso, respetuoso, manso humilde y de servicio hacia las demás personas.
- Los hijos aprenden a relacionarse con otras personas, viendo la manera como sus padres lo hacen.
- Todos necesitan mostrar una actitud el perdón y la misericordia, cuando se recibe un maltrato de otra persona. Evitando las actitudes vengativas y rencorosas.
- Los miembros de la familia muestran actitudes de aceptación, en aquellas situaciones que no son agradables o que no se pueden controlar, sea en lo social, económico, espiritual, etc.
- Disfrutan lo que Dios les ha dado, y demuestran que el gozo espiritual y la alegría, no depende de que se tengan muchos y costosos bienes materiales.
- La vida en la familia, no depende de lo que otros digan o hagan, sino de lo que agrade a Dios.
- Muestran una expresión saludable de las emociones y sentimientos.
- Es necesario que los padres sepan que el lenguaje emocional se aprende para bien o para mal en el ambiente donde nos criamos.
- Todos necesitan aprender a expresar el amor, el afecto y la ternura entre los miembros de la familia.
- Los miembros de la familia, muestran consistentemente, respeto y consideración cuando el sentimiento y emoción de rabia son manifestados. Es necesario que éstos tengan que ver únicamente cuando somos agredidos y siempre y cuando la reacción de rabia no implique la agresión a otra persona, a nosotros mismos, ni al ambiente, ni a nuestra relación con Dios.
- Ante el miedo, los miembros de la familia, reaccionan protegiendo a la persona asustada.
- Cuando hay tristeza ante una pérdida, cada uno se preocupa de brindar consuelo al triste.
- Cuando hay una manifestación de una alegría sana, los miembros de la familia, la comparten.
- Las emociones y sentimientos insanos, no se apoyan, tampoco se agrede a quien las expresa, sino que amorosa y firmemente se busca la aclaración y corrección, incluyendo la misericordia y el perdón, pero no el dejar hacer, dejar pasar, aquellas expresiones de emociones y de sentimientos que verdaderamente sean inapropiadas, es decir no son agradables para Dios, tales como la rebeldía, las críticas destructivas, la venganza, el odio, la ira, la falsa alegría.
- Mostrar la manifestación del amor de Dios constantemente, tanto como sea posible. Recordar lo que dijo Jesús: “ Y AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODAS TUS FUERZAS; ESTE ES EL PRINCIPAL MANDAMIENTO. Y el segundo es semejante: AMARÁS Á TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. No hay otro mandamiento mayor que éstos”. (Marcos 12: 30-31).
- El sentimiento y manifestación de agradecimiento, alabanza y adoración a Dios debe ser constante; y el agradecimiento a los demás debe manifestarse cada vez que recibimos una ayuda, un servicio de la dimensión y profundidad que sea, es decir, debemos ser agradecidos.
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