El Realismo Mágico
Muchos autores y críticos dicen que la magia existe en la historia y la
herencia de latinoamérica y que no tienen que buscar afuera de la
cultura para encontrar eventos y cosas fantásticas.
El realismo mágico
es un vehículo para avanzar entre la historia precolombiana, las raíces
indígenas y la diversidad de latinoamerica hoy en día. Parece que una de
las funciones principales de realismo mágico en la sociedad latina es
crear una identidad nacional.
En medio de este proceso la crítica conoce nuevos nombres: Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Miguel Angel Asturias y Juan Rulfo, entre otros.
En la década de los 60 hacen su aparición escritores como Gabriel
García Márquez y Mario Vargas Llosa, y consolidan la literatura
latinoamericana en el ámbito cultural mundial.
Sus aportes literarios se
relacionan con los elementos de originalidad que ofrece el Realismo
Mágico.
Es una corriente literaria de mediados del siglo XX
que se caracteriza por la narración de hechos insólitos, fantásticos e
irracionales en un contexto realista.
El término fue acuñado en 1925 por el crítico de arte e historiador alemán Franz Roh en en su libro Nach Expressionismus: Magischer Realismus: Probleme der neusten europäischen Malerei (Postexpresionismo: los problemas de la nueva pintura europea) para describir un movimiento pictórico que incorpora aspectos mágicos a la realidad.
Más adelante, Arturo Uslar Pietri usó el término para referirse a una
nueva tendencia en la literatura hispanoamericana en la que la realidad
coexiste con la fantasía. Surgió entre 1930 y 1940, y llegó a su auge en
las décadas de 1960 y 1970.
En las novelas y cuentos mágico-realistas,
el narrador presenta hechos improbables, oníricos e ilógicos de manera
natural, sin asombrarse por ellos ni darle al lector una explicación
como si pertenecieran a la realidad.
Más adelante, Arturo Uslar Pietri usó el término para referirse a una
nueva tendencia en la literatura hispanoamericana en la que la realidad
coexiste con la fantasía. Surgió entre 1930 y 1940, y llegó a su auge en
las décadas de 1960 y 1970.
En las novelas y cuentos mágico-realistas,
el narrador presenta hechos improbables, oníricos e ilógicos de manera
natural, sin asombrarse por ellos ni darle al lector una explicación
como si pertenecieran a la realidad.
Algunos críticos agregarían a esta lista a Alejo Carpentier, quien usó el término "real maravilloso" en la introducción a su novela El reino de este mundo (1949) para describir su nueva estética.
La discrepancia se debe a que a
veces real maravilloso se usa como sinónimo de realismo mágico, sin
embargo hay varios críticos que afirman que estos dos términos no se
deben usar indistintamente ya que no son iguales.
Por ejemplo, a
diferencia del lenguaje claro y preciso del realismo mágico, Carpentier
emplea un estilo barroco lleno de adornos y artificios.
Otra diferencia
es que el realismo mágico es una corriente internacional que apareció
por primera vez en Europa, mientras que lo real maravilloso está más
arraigado en las culturas indígenas y africanas de las Américas.
Entre las características del realismo mágico se pueden
mencionar las siguientes:
1. En cuanto a los temas, hay diversidad de épocas
históricas, una esencia cultural del mestizaje y elementos prehispánicos en sus
valores mitológicos.
2. En cuanto a los personajes, ellos a menudo tienen viajes,
que no sólo son físicos, sino también cambian de espacios tiempos.
3. En cuanto al
tiempo, puede ser cronológico (con un curso lógico), estático (el tiempo se
detiene como si no fuera importante), invertido (se considera la noche, día), y
también puede haber una ruptura de los planos temporales (se mezcla el presente
con el pasado y el futuro).
Su principal representante es Miguel Ángel Asturias, nacido en 1899 y fallecido en 1974. Es
autor, diplomático y Premio Nobel guatemalteco, nacido en Ciudad de
Guatemala.
Estudió Derecho en universidades de su país y Antropología en
la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta
surrealista francés André Breton.
En 1942 fue elegido diputado en su
país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El
Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala. Posteriormente,
fue embajador en Francia, entre 1966 y 1970.
Sus poemas y novelas, de
contenido fuertemente antiimperialista, le valieron el Premio Lenin de
la Paz en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1967.
La muerte le
sobrevino, tras una penosa enfermedad, en 1974, cuando se encontraba en
Madrid, España.
En su obra, al igual que en la del escritor cubano Alejo
Carpentier, el mito se hace presente, pero a diferencia del cubano,
organiza sus novelas en torno a los mitos precolombinos.
Su primera obra Leyendas de Guatemala (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas.
La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente
(1946) en la que traza el retrato de un dictador de una manera
caricaturesca y esperpéntica pero siguiendo una estructura regida por la
lucha entre las fuerzas de la luz (el Bien, el pueblo) y las fuerzas de
las tinieblas (el Mal, el dictador).
Es también un libro de protesta militante dedicado a la descripción de
un régimen dictatorial en términos de terror, maldad y muerte. En las
cuatro cadenas de episodios que integran la trama predominan el miedo y
la crueldad.
Este tema mítico vuelve a aparecer en Hombres de Maíz, publicada en
1949, aunque ahora la luz está representada por los indígenas y las
tinieblas por los hombres de maíz, los colonizadores que llegan a
explotar las tierras de los campesinos en beneficio propio.
En esta
obra, Asturias logra hermanar armoniosamente lo mítico-maravilloso con
la dura realidad de la vida indígena.
Después escribió novelas y relatos entre las que destaca la trilogía formada por Viento Fuerte (1950), El Papa Verde (1954) y Los Ojos de los Enterrados (1960).
Otras novelas son Mulata de Tal (1963), Malandrón (1969) y Viernes de Dolores (1972).
Su
producción teatral es poco conocida y trata más o menos los mismos
temas, como Chantaje o Dique Seco, ambas publicadas en 1964.
Su novela Viento Fuerte
fue citada en el discurso de entrega del Premio Nobel, que le fue
concedido por "sus coloridos escritos profundamente arraigados en la
individualidad nacional y en las tradiciones indígenas de América".
En la literatura, el Realismo Mágico es un género en el que el autor combina elementos fantásticos y fabulosos con el mundo real, creando un equilibrio entre una atmósfera mágica y la cotidianidad, quebrantando las fronteras entre lo real y lo irreal, ubicando cada uno de estos en el lugar del otro.
El Realismo Mágico presenta lo real como maravilloso y viceversa,
planteando como un suceso común, tanto para el lector como para los
personajes de la obra, escenas y hechos fabulosos, mientras que brinda a
su vez un carácter fantástico e irreal a actos de la vida común.
Desde mediados del siglo XX, la narrativa latinoamericana amplía su
perspectiva más allá de la naturaleza, los indígenas y demás temas
comunes de la novela realista.
Revoluciones culturales y políticas, un amplio apego a la superstición, regímenes autoritaristas y demás procesos locales se combinaron con las vanguardias europeas, el psicoanálisis y las principales inquietudes del mundo entero sobre los problemas humanos y existenciales, ofreciendo a la pluma latinoamericana un escenario ideal para impulsar el Realismo Mágico en la literatura, convirtiéndolo en una senda hacia la consolidación de una identidad regional.
Revoluciones culturales y políticas, un amplio apego a la superstición, regímenes autoritaristas y demás procesos locales se combinaron con las vanguardias europeas, el psicoanálisis y las principales inquietudes del mundo entero sobre los problemas humanos y existenciales, ofreciendo a la pluma latinoamericana un escenario ideal para impulsar el Realismo Mágico en la literatura, convirtiéndolo en una senda hacia la consolidación de una identidad regional.
CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Cien Años de Soledad, publicada en 1967, por el escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura de 1982, es una de las obras más traducidas y leídas en el mundo y un exponente principal del realismo mágico.
Desde su primera tirada de 8.000 ejemplares, que se agotaron
rápidamente, se han vendido más de 40 millones de ejemplares en 40
idiomas diferentes.
Algunos críticos la consideran la segunda novela más importante después de Don Quijote.
La novela destaca de otras obras de su época y género por su estructura
narrativa.
Según el filólogo Roger M. Peel: “En el contexto de tales
figuras (Rulfo y Fuentes), García Márquez ha sido llamado un
anacronismo. Sus novelas y cuentos son sencillos y directos, en
comparación.
Las dificultades de Cien años de soledad son provocadas más bien por el vasto reparto de personajes y el gran alcance de sus cien años que por la fragmentación del argumento
o a la manera de tratar el tiempo; en rigor, es una de las pocas
novelas recientes que se desarrollan cronológicamente, lo cual contrasta
directamente, por ejemplo, con Pedro Páramo”.
De hecho la historia comienza con un salto temporal:
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre
lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte
casas de barro y cañabrava . . .".
El narrador de la novela es omnisciente y presenta los hechos, sean trágicos o alegres, sin pasar juicios ni distinguir entre hechos reales y fantásticos.
Pero además de este narrador externo, hay otro interno: los pergaminos.
"Pero quien verdaderamente escribe la historia es el Narrador Segundo,
cuyo relato se ve envuelto en la consideración histórica de tiempo del
Narrador Primero", dice la filóloga chilena Ana Pizarro, en "De la ficción a la historia Cien años de soledad".
"
Se trata de Melquíades, aquel que posee las claves de Nostradamus y
que, conociendo la determinación que pesa sobre la estirpe Buendía, cifrará su
historia.
El desciframiento de estos manuscritos por Aureliano Babilonia
coincide con la extinción de la estirpe, dibujando un juego temporal
que se cierra casi en redondo, y donde el ciclo de la existencia recorre
las instancias del nacimiento, desarrollo, auge y destrucción".
La circularidad aparece dentro de la narración lineal en la repetición
de nombres, desgracias y vidas destinadas a la tragedia y la soledad.
Hasta el personaje de Úrsula —cuya vida extraordinariamente larga se
extiende por casi la novela entera— se percata de estos ciclos. "Con la
comprobación de que el tiempo no pasaba, como ella lo acababa de
admitir, sino que daba vueltas en redondo", dice la novela.
También se cierra un círculo en la historia de Macondo. La familia
Buendía fundó el pueblo y a principio era una aldea muy pequeña y
remota.
Llegó a ser un centro importante de la región con la llegada del tren, empresas extranjeras y tecnología moderna, pero al final quedó abandonado. "Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico . . .", escribe García Márquez.
De hecho, hay un marcado paralelismo entre la historia de Macondo y la
de los Buendía: la fundación de la aldea coincide con el nacimiento del
primogénito de Úrsula y José Arcadio.
Con el crecimiento de los Buendía y
las generaciones sucesivas, el pueblo también crece y progresa, pero
cuando Macondo decae, la estirpe de los Buendía llega a su trágico fin.
Durante la primera generación de los Buendía es una aldea muy aislada del mundo a la que llegan esporádicamente los gitanos con los nuevos ingenios. Por esos tiempos tiene lugar la peste del insomnio.
Cuando la segunda generación cobra protagonismo, la guerra integra a Macondo en el sistema político del pais, pues de este pueblo procede el coronel Aureliano Buendía.
La tercera generación de lo Buendía son en buena medida una continuación de la segunda.
Durante la madurez de la cuarta generación tiene lugar el crecimiento de Macondo por el impulso de la compañía bananera: se intenta la conexión fluvial y se obtiene la comunicación ferroviaria.
Esta etapa de crecimiento dura hasta la movilización sindical, la represión y la lluvia permanente de varios años.
La quinta generación se sitúa en la decadencia de Macondo.
Con la sexta generación, con el último Aureliano, Macondo se dirige hacia su desaparición.
Durante la primera generación de los Buendía es una aldea muy aislada del mundo a la que llegan esporádicamente los gitanos con los nuevos ingenios. Por esos tiempos tiene lugar la peste del insomnio.
Cuando la segunda generación cobra protagonismo, la guerra integra a Macondo en el sistema político del pais, pues de este pueblo procede el coronel Aureliano Buendía.
La tercera generación de lo Buendía son en buena medida una continuación de la segunda.
Durante la madurez de la cuarta generación tiene lugar el crecimiento de Macondo por el impulso de la compañía bananera: se intenta la conexión fluvial y se obtiene la comunicación ferroviaria.
Esta etapa de crecimiento dura hasta la movilización sindical, la represión y la lluvia permanente de varios años.
La quinta generación se sitúa en la decadencia de Macondo.
Con la sexta generación, con el último Aureliano, Macondo se dirige hacia su desaparición.
Tiempo y Espacio: la novela tiene lugar en Macondo, aldea fictica basada en Aracataca, un pueblo pequeño en el norte de Colombia, donde García Márquez vivió su infancia. La historia se extiende por unos cien años, como sugiere el título, y se la puede ubicar en la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX por los acontecimientos históricos en Colombia (guerras civiles y la masacre de trabajadores de la Bananera) y por los inventos que llegan a Macondo, como el gramófono y el cine.El
Estilo: el lenguaje es natural, sobrio y descriptivo. Algunos críticos han dicho que su ritmo se parece al de la tradición oral con bastantes regionalismos americanos y neologismos.
El Narrador: no se sorprende ante hechos fantásticos sino que los describe con una neutralidad completa. También hay alusiones y referencias directas a otras obras latinoamericanas, como Rayuela, de Julio Cortázar, La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes, y El siglo de las luces, de Alejo Carpentier.
Figuras Literarias: García Márquez emplea algunas como el oxímoron, el símil y la sinestesia, pero según Francisco Abad en "La trayectoria de la lengua y el estilo de Gabriel García Márquez", el autor no depende tanto de las figuras retóricas como en obras anteriores: "Resulta ciertamente que con Cien años de soledad, y a partir de ella, la obra de Gabriel García Márquez responde a una más grande capacidad para lo fabulador y lo fantástico, y que ello se traduce en una elocución ya no tan apegada a figuras retóricas del microtexto, sino a las figuras que se despliegan el el decurso amplio por el que fluye tal capacidad de fantasía narrativa".
CARACTERÍSTICAS
DEL REALISMO MÁGICO
EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD
- Aparición de muertos. Tras matar a Prudencio Aguilar en un duelo, su fantasma le persigue a José Arcadio. Melquíades también vuelve de la muerte en varias ocasiones.
- Desaparición de Remedios, la bella. Mientras Remedios le ayuda a Fernanda a doblar una sábana, Fernanda nota que está pálida y le pregunta si se siente bien. Remedios le contesta que nunca se había sentido mejor y de repente comienza a levitar con la sábana y se despide de Fernanda con la mano mientras se eleva al cielo.
- La larga vida de Úrsula y los augurios de su muerte. Muere con más de 100 años: "La última vez que la habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los tiempos de la compañía bananera, le había calculado entre los ciento quince y los ciento veintidós años". Antes de fallecer, aparece una fila de luminosos discos anaranjados por el cielo, las rosas huelen a quenopodio y los garbanzos se caen al suelo en forma de estrella de mar.
- Pestes de insomnio y amnesia. Nadie en el pueblo puede conciliar el sueño por tanto tiempo que "se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo y nadie volvió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir". Pero luego llega la peste de amnesia y todos comienzan a olvidarse de las cosas, por lo que José Arcadio pone pequeños letreros por toda la casa para recordar los nombres de objetos básicos como mesa, silla, pared, cama, vaca, etc. El pueblo no se cura hasta que Melquíades se resucita de la muerte ("había regresado porque no pudo soportar la soledad") y trae una bebida que cura la peste.
- Pergaminos que levitan. Mientras Aureliano está en la cocina, cuatro niños traviesos entran en su cuarto para destruir los pergaminos, pero una "fuerza angélica" los levanta del suelo y los mantiene suspendidos en el aire hasta que regresa Aureliano.
- Invasión de mariposas amarillas. Preceden las apariciones de Mauricio Babilonia y hasta llegan a invadir la casa cuando Meme se cita con Mauricio a escondidas de Úrsula.
- Lluvia de flores. Cuando muere José Arcadio Buendía caen del cielo minúsculas flores amarillas. "Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro".
- Lluvia (casi) incesante. Llueve por cuatro años, once meses y dos días.
TEMAS TRATADOS EN LA OBRA
Son innumerables los estudios que se han realizado a propósito de la novela Cien Años de Soledad
y cada uno aporta una perspectiva distinta. Con respecto a los temas,
algunos han recibido más atención que otros, dependiendo del estudio.
También hay críticos que buscan abordar temas o subtemas nunca antes
tratados. Por ende, es difícil presentar un estudio exhaustivo de todos
los temas de Cien años de soledad, pero estos son, según mi criterio, los principales.
1. Soledad: la mayor parte de la historia tiene lugar en Macondo, un
pueblo aislado y rodeado de ciénagas, fundado por José Arcadio y otras
familias. A principio, el único contacto que tiene Macondo con el mundo
exterior es a través de las visitas periódicas de un grupo de gitanos.
Los Buendía también padecen la soledad. Por ejemplo, José Arcadio muere
solo atado a un árbol. Su hijo, el coronel Aureliano Buendía, se
encierra en su taller para dedicarse a fabricar pescaditos de oro tras
terminar la guerra y fracasar en su intento de suicidarse. Al final de
la novela, se mueren la esposa y el hijo recién nacido de Aureliano
Buendía, el último miembro de la familia, y éste se queda solo en
Macondo, que ya es un pueblo abandonado.
2. Guerra y Violencia: abundan los ejemplos. Al principio de la
historia José Arcadio decide abandonar Riohacha por haber matado a
Prudencio Aguilar después de una pelea de gallos.
La guerra civil
también deja su impronta en la historia y el coronel Aureliano Buendía
dirige un ejército de resistencia cuando ésta estalla. De hecho, la
novela comienza con el coronel frente al pelotón de fusilamiento.
El
nieto de José Arcadio es designado jefe civil y militar de Macondo
durante la guerra, pero se transforma en un dictador cruel y es
fusilado.
El episodio más violento de Cien años de soledad es la masacre de trabajadores durante la huelga de la compañía bananera.
3. Progreso: la novela no sólo traza la historia de los Buendía sino
también de Macondo --desde sus inicios como pueblo remoto con
habitantes aislados y fascinados por los inventos que les traen los
gitanos a una ciudad moderna con tren, cine y compañías grandes y
extranjeras, como la bananera--. Aun así, los habitantes de Macondo
desconfían en un principio de los nuevos avances tecnológicos como el
gramófono, el teléfono y el cine.
No entienden que las películas son
ficticias y en un principio reaccionan con emociones exageradas ante las
escenas en la pantalla como si fueran reales. "Era como si Dios hubiera
resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los
habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el
desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie
podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad",
escribe García Márquez en la novela.
4. Incesto: este tema aparece al comienzo de la novela cuando Úrsula teme consumar su matrimonio con José Arcadio porque son primos. Vuelve a surgir en varias ocasiones. Eventualmente su hijo, también llamado José Aracadio, se casa con Rebeca, la hija adoptiva de la familia, que en realidad no es su hermana, sino es una prima lejana. Otro ejemplo es la relación entre Amaranta Úrsula y Aureliano, su sobrino, aunque desconocen su parentesco.
5. Referencias Históricas: hay claros paralelismos entre episodios de Cien años de soledad
y la historia de Colombia.
Un ejemplo viene del coronel Aureliano Buendía quien lucha en 32 guerras civiles, pero la ficción no se aleja demasiado de la verdad, ya que las guerras civiles fueron constantes en Colombia durante el siglo XIX. De hecho, el abuelo de García Márquez participó como coronel en la guerra civil de los Mil Días (1899-1902).
Un ejemplo viene del coronel Aureliano Buendía quien lucha en 32 guerras civiles, pero la ficción no se aleja demasiado de la verdad, ya que las guerras civiles fueron constantes en Colombia durante el siglo XIX. De hecho, el abuelo de García Márquez participó como coronel en la guerra civil de los Mil Días (1899-1902).
Otro ejemplo es la masacre de huelguistas. En efecto, en 1928 el ejército colombiano fusiló a un número aún debatido de trabajadores en huelga de la United Fruit Co.
Sin embargo, Gabriel García Márquez no ha querido hacer referencias
directas: “No me refiero a un acontecer histórico. Me interesa contar
historias interesantes para el lector, historias reales. No son,
ciertamente, historias documentadas, pero son historias sacadas de mi
experiencia vivida. Buscando me he dado cuenta de que la realidad en
Latinoamérica, la realidad en que vivimos, en la que nos han criado, la
que nos formó, se confunde diariamente con la fantasía”.
6. Utopía: José Arcadio y Úrsula buscan escaparse del fantasma de
Prudencio Aguilar por lo que dejan atrás a Riohacha y deciden fundar
Macondo con otras familias.
Carlos Fuentes
compara la fundación de Macondo con la colonialización de las Américas:
"Uno de los aspectos extraordinarios de la novela de García Márquez es
que su estructura corresponde a la de esa historicidad profunda de
América Española: la tensión entre Utopía, Epopeya y Mito.
El Nuevo
Mundo fue concebido como la Utopía. Al perder la ilusión geocéntrica,
destruida por Copérnico, Europa necesitaba crear un espacio nuevo que
confirmase la extensión del mundo conocido. [...] La fundación de
Macondo es la fundación de la Utopía".
7. Presagios: los augurios juegan un papel importante en la obra, y
los personajes los toman muy en serio.
Al comienzo de la novela, José Arcadio sueña con Macondo y el día siguiente decide fundar la aldea allí mismo donde se despertó. Mientras tanto, su esposa Úrsula teme tener hijos con él por el presagio de que nacerán con cola de cerdo.
Al comienzo de la novela, José Arcadio sueña con Macondo y el día siguiente decide fundar la aldea allí mismo donde se despertó. Mientras tanto, su esposa Úrsula teme tener hijos con él por el presagio de que nacerán con cola de cerdo.
Este
presagio no se cumple hasta la última generación de los Buendía cuando
el hijo de Amaranta Úrsula y Aureliano nace con cola de cerdo.
Al terminar la obra, Aureliano descifra los pergaminos y descubre que en ellos Melquíades había pronosticado toda la historia de Los Buendía.
Al terminar la obra, Aureliano descifra los pergaminos y descubre que en ellos Melquíades había pronosticado toda la historia de Los Buendía.
ARGUMENTO DE LA OBRA
La obra traza la historia de varias generaciones de la familia Buendía,
comenzando con la pareja José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, un
matrimonio de primos. Debido a este parentesco, Úrsula tiene miedo a
consumar el matrimonio, dado que hay un mito que sus hijos nacerán con
cola de cerdo o iguana. Por lo tanto surgen rumores de que Úrsula sigue
virgen. Este rumor sale a la luz cuando Prudencio Aguilar cuestiona la
hombría de José Arcadio, tras perder una pelea de gallos. En el duelo
que sigue, José Aracadio mata a su rival, pero no se libera tan
fácilmente de su enemigo, cuyo fantasma le aparecerá constantemente.
Después de este episodio, José Arcadio y un grupo de otras familias
deciden dejar el pueblo de Riohacha y atraviesan la sierra en busca de
una salida al mar. Úrsula por fin disipa sus temores, y en el trayecto
nace su hijo primogéntio José Arcadio.
Una noche durante este viaje,
José Arcadio sueña con una "ciudad ruidosa con casas de paredes de
espejo" llamada Macondo. La mañana siguiente ordena derribar los árboles
y allí al lado del río fundan la aldea de Macondo. Es en este pueblo
donde nacerán su segundo hijo Aureliano y su hija Amaranta. Los nombres
de estos tres hermanos se repetirán en futuras generaciones.
Cuando se establecen en Macondo, el único contacto que la aldea tiene
con el exterior es a través de las visitas periódicas de una banda de
gitanos que traen inventos y novedades como la lupa, el imán y el hielo.
José Arcadio se obsesiona con estas curiosidades y nuevas teorías, y
hasta llega a deducir por cuenta propia que la tierra es redonda. Llega a
formar una estrecha amistad con Melquíades, el líder de los gitanos,
quien le regala un laboratorio de alquimia. Melquíades se muere y se
resucita varias veces en la historia.
Llega al pueblo Rebeca, una prima lejana que trae los huesos de sus
padres en un saco y tiene el vicio de comer tierra.
En esta misma época también llegan al pueblo la peste del insomnio y la peste del olvido que hace que los habitantes de Macondo pierdan la capacidad de recordar.
Melquíades vuelve de la muerte para curar el pueblo con una bebida especial y en agradecimiento, José Arcadio lo invita a quedarse a vivir en su casa. Durante su estancia escribe unos pergaminos en sánscrito que nadie puede descifrar por casi cien años.
En esta misma época también llegan al pueblo la peste del insomnio y la peste del olvido que hace que los habitantes de Macondo pierdan la capacidad de recordar.
Melquíades vuelve de la muerte para curar el pueblo con una bebida especial y en agradecimiento, José Arcadio lo invita a quedarse a vivir en su casa. Durante su estancia escribe unos pergaminos en sánscrito que nadie puede descifrar por casi cien años.
De tanto estudiar, José Arcadio pierde la cordura y muere atado a un
árbol. En cambio, Úrsula, la matriarca de la familia, vive por más de
cien años.
Su hijo José Arcadio tiene relaciones con una mujer que se llama Pilar Ternera y ésta queda embarazada. El hijo se llama Arcadio y se cría en casa de Úrsula.
La historia se repite cuando su hermano Aureliano también tiene relaciones sexuales con Pilar Tenera y se entera que va a tener un hijo con ella.
Su hijo José Arcadio tiene relaciones con una mujer que se llama Pilar Ternera y ésta queda embarazada. El hijo se llama Arcadio y se cría en casa de Úrsula.
La historia se repite cuando su hermano Aureliano también tiene relaciones sexuales con Pilar Tenera y se entera que va a tener un hijo con ella.
Esta noticia no impide que Aurelinao se case con su comprometida
Remedios, la hija menor de Don Apolinar Moscote. Remedios queda
embarazada, pero muere antes del parto.
Ésta es sólo una de muchas historias de amor, desamor y desgracia de la familia Buendía.
Ésta es sólo una de muchas historias de amor, desamor y desgracia de la familia Buendía.
Aureliano se convierte en coronel y deja Macondo para dirigir un
ejército de resistencia cuando estalla la guerra civil. Durante la
guerra, procrea 17 hijos.
En su ausencia, Arcadio es designado jefe
civil y militar del pueblo, pero se convierte un dictador brutal, por lo
que es fusilado. Aureliano se cansa de luchar y firma un tratado de
paz. Luego trata de suicidarse pero sobrevive y pasa el resto de sus
días encerrado en su casa fabricando pescaditos de oro.
Macondo se convierte en un centro importante de la región con la
llegada del tren, telégrafo, gramófono y cine. Este progreso atrae
extranjeros quienes ponen una plantación bananera cerca del pueblo.
Eventualmente los trabajadores se declaran en huelga por lo que la
compañía bananera acude al ejército nacional que llega y fusila a todos
los trabajadores.
Tras esta masacre, llueve por cuatro años, once meses y dos días. Al
terminar las lluvias, Úrsula, la matriarca de la familia fallece.
Nace
otro Aureliano Buendía, el penúltimo de la familia, aunque eventualmente
cuando puedan leer los pergaminos de Melquíades se descubre que es hijo
ilegítimo y que su apellido debe ser Babilonia.
Ya han transcurrido varias generaciones y quedan muy pocos miembros
de la familia y ya ni se acuerdan los Buendía en el pueblo. Llega a
Macondo Amaranta Úrsula y tiene un romance con su sobrino Aureliano,
quien se ha obsesionado con la tarea de descifrar los pergaminos. Queda
embarazada, pero por fin los miedos de Úrsula se vuelven realidad y el
hijo nace con cola de cerdo.
Amaranta muere en el parto y Aureliano sale de la casa desesperado en busca de ayuda, pero Macondo es ya un pueblo abandonado.
Amaranta muere en el parto y Aureliano sale de la casa desesperado en busca de ayuda, pero Macondo es ya un pueblo abandonado.
Cuando regresa a su casa descubre que las hormigas están
devorando a su hijo recién nacido. Es en ese momento cuando se acuerda
del epígrafe de los pergaminos que dice: "El primero de la estirpe está
amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas".
Aureliano por fin entiende que en los pergaminos Melquíades había presentido el destino de la familia que terminaría con él porque "las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".
Con estas palabras Gabriel García Márquez pone fin a su novela.
PERSONAJES PRINCIPALES
Se llena de frustración cuando descubre que Macondo está tan alejado de los progresos de la Humanidad, pero Úrsula crea lazos con ese mundo exterior a Macondo. Es bisnieto de otro José Arcadio Buendía, que entabló en la ciudad de Riohacha con los bisabuelos de Úrsula Iguarán, adonde venían aquellos huyendo de los fantasmas en forma de piratas ingleses que perseguían a la bisabuela de Úrsula.
Es padre de otro José Arcadio Buendía y de Aureliano, también de Amaranta. Al final de sus días enloquece, tras la muerte de su amigo Melquiades. Se pasa los días hasta su muerte atado a un castañero del patio de su casa. Muere después de Arcadio José (hijo).
Úrsula Iguarán, esposa de José Arcadio Buendía. Llena de realidad, procura aconsejar a su marido cuando la obsesión puede con aquel. También es temerosa de que su relación matrimonial con José Arcadio traiga sufrimientos para la familia, por una superstición que tiene. Esa superstición es la que les lleva a Macondo desde Riohacha: como Úrsula no quiere tener hijos se pone unos pantalones de castidad; el pueblo lo rumorea y en una pelea de gallos un vecino se mofa de José Arcadio, que lo mata; cuando se le aparece el fantasma de aquel el matrimonio opta por huir y ganan otros colonos, con los que van a Macondo. Allí dirige la familia en los asuntos cotidianos. Cuando se escapa su hijo mayor lo sigue, no lo encuentra pero conecta Macondo con el resto del mundo, pues descubre una vía hacia este que su marido ya daba por imposible.
Durante mucho tiempo se dedica a hacer caramelo, causa de un pequeño negocio. En un determinado momento comprueba como han crecido sus hijos y decide aumentar la casa de los Buendía. Es el centro de gravedad de la casa, a su alrededor giran los otros personajes cuando se muere su marido; adquiere un halo de autoridad hacia los otros personajes, que en algunas fases se acercan y en otras se alejan de la casa fundacional.
Cuando va entrando en la vejez es apartada por Fernanda del Carpio, la esposa de Aureliano Segundo, hijo de Arcadio, nieto de José Arcadio y bisnieto suyo. Fatalmente va perdiendo la vista, pero ella se las apaña para que nadie logre notarlo: utiliza su inteligencia y un uso más intenso de los otros sentidos. Muere muy vieja y menguando, entre locuras seniles y lucideces.
Rebeca Montiel, es la hija adoptiva de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía. Llega a Macondo procedente de Manaure y trae consigo la peste del insomnio. Come tierra y cal cuando está desesperada y enamorada del refinamiento y la buena educación de Pietro Crespi. Pero se entrega a la pasión de José Arcadio hasta convertirse en su esposa.
Melquiades, gitano que trae a Macondo las maravillas del mundo, para la admiración de José Arcadio Buendía. Muere bien pronto en el relato. Desde muy pronto un nuevo grupo de gitanos informa a José Arcadio de que Melquiades había muerto, pero el buen amigo de José Arcadio regresó cuando la plaga del insomnio hacía estragos en la memoria de los vecinos de Macondo.
Se queda en Macondo, en la casa de José Arcadio Buendía. Muestra a su anfitrión el último de sus intereses, el daguerrotipo, que estimula en José Arcadio el propósito de demostrar la existencia o inexistencia de Dios. Dedica sus últimos tiempos de vida a descifrar profecías de Nostradamus. Es el primer muerto de Macondo. Todavía después de su muerte se aparece por la casa, sobre todo a Aureliano Segundo.
José Arcadio Buendía (hijo). Cuando llega a la adolescencia se le descubre un portentoso pene, que le conduce a una vida de sexo con Pilar Ternera, naciendo Arcadio. Cuando aquella queda embarazada y se lo comunica, el muchacho escapa con unos gitanos. Tarda muchos años en volver, cuando lo hace su hijo ya es un adolescente. En los años de ausencia se ha dedicado a dar vueltas alrededor del mundo como marinero, exhibiendo en todos los lugares que visita la enormidad de su miembro.
Al regresar a Macondo seduce a Rebeca, que abandona su intención largamente determinada de casarse con Pietro Crespi, y se casa con José Arcadio. Rebeca lo doma y lo convierte en un marido trabajador. Salva a Aureliano cuando va a ser fusilado por ser coronel de los liberales.
Muere misteriosamente asesinado por un disparo, cuya procedencia nadie averiguó.
Aureliano Buendía. El segundo de los hijos de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, se interesa por la orfebrería y atiende apasioadamente a los amoríos de su hermano mayor con Pilar Ternera, en su momento. Con los años también el tiene un hijo con Pilar Ternera, Aureliano José.
Se enamora de una hija muy menor del corregidor que manda el gobierno cuando es consciente del crecimiento de Macondo. Con la ayuda de Pilar Ternera consigue la mano de la pequeña Remedios. Pero la niña mujer no tarda en morir y Aureliano regresa a su trabajo de orfebrería. En la integración de la política en Macondo, Aureliano toma partido por los liberales cuando observa las trampas de los conservadores, entre los que se encuentra su apreciado suegro, Apolinar Moscote, el corregidor del pueblo, y los abusos de los militares al mando de ese gobierno en Macondo.
Cuando se abre una guerra civil Aureliano lidera a los jóvenes de Macondo en esa guerra y a favor de los liberales. Se convierte en un importante coronel de los liberales que se levanta una y otra vez contra el gobierno. Sobrevive a envenamientos, atentados y a un fusilamiento. Después de concluir con determinación una guerra que le ha podrido el alma, intenta frustradamente poner fin a su vida pero no lo logra. Vuelve a su oficio de juventud y contempla con resignación el paso de los años.
Cuando los gringos invaden Macondo para explotarlo, exterminan a dieciséis de los diecisiete hijos que tuvo en la guerra y se indigna de tal manera que incluso prueba a ractivar la guerra. Después de todo eso, se encierra todavía más en su taller hasta que le llega la muerte, un día en el que vuelve a sentir la nostalgia del episodio de su infancia en el que su padre le lleva a ver el hielo. Muere cerca del castaño al que su padre estuvo muy unido durante su locura y después de muerto.
Amaranta es la tercera y última hija de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán. Arcadio es nieto de ambos e hijo de José Arcadio (hijo) y Pilar Ternera. Rebeca es una hija adoptada por la familia, que procede de unos parientes dejados atrás. Las dos chicas al alcanzar la adolescencia se enamoran de un italiano que se había cruzado en el destino de los personajes de Macondo porque había venido a montar una pianola y arreglarla, después de que José Arcadio la estropease en un nuevo acto de su inquietud por conocer. Pietro Crespi prefiere a Rebeca y entabla con ella un largo noviazgo, dilatado por la muerte de Remedios, la esposa de Aureliano, que no llega al matrimonio porque Rebeca se enamora de la masculinidad de Jose Arcadio (hijo) cuando este vuelve a Macondo. Rebeca se encierra en su casa cuando muere su marido de forma misteriosa.
Cuando viene un hijo bélico del coronel Aureliano, Aureliano Triste, se descubre que muchos años después de la muerte de José Arcadio (hijo) ella mantiene su vida y su encierro.
El turno es entonces para Amaranta, pero ella desdeña su invitación, por lo que Pietro se suicida. Más tarde, será pretendida por el coronel Gerineldo Márquez, amigo de Aureliano en su revueltas. Mantiene con él una relación extraña en la que algo le empuja hacia él, pero otra fuerza le repele. Incluso su sobrino, Aureliano José, hijo de Aureliano Buendía y de Pilar Ternera, criado por ella, siente una poderosa atracción hacia ella, pero ella la vence con sus negativas igualmente.
La muerte le avisa del día en el que ha de acabar su vida y ella lo adopta con la mayor de las naturalidades.
Arcadio es hijo de José Arcadio Buendía (hijo). En su infancia no hay eventos dignos de subrayo. Se aproxima a los liberales en su juventud y encargado del gobierno provisional de Macondo cuando Aureliano se escapa al mundo para liberarlo del gobierno tramposo de los conservadores.
Se muestra abusador y arbitrario. Igual que su padre y su tío se ve atraido sexualmente por Pilar Ternera, sin que sepa que ella es su madre. Tiene tres hijos con Sofía la Piedad, su esposa, que son Aureliano Segundo, Arcadio Segundo y Remedios.
Muere en un fusilamiento tras el asalto de los conservadores a Macondo.
Aureliano José es hijo de Aureliano y de Pilar Ternera, pero bastante más joven que su primo y hermano. Su elemento más importante es su enamoramiento de su tía Amaranta. En su juventud huye de ese enamoramiento enrolándose en el ejército liberal, pero vuelve en un determinado momento para alcanzar el amor de Amaranta, que se lo niega. Muere cuando desacata una orden de la autoridad.
Junto a estos nietos nacidos en Macondo y de Pilar Ternera, aparecen otros nietos de Aureliano durante la guerra con mujeres desconocidas., diecisiete en total. Vienen a Macondo varias veces: en su infancia, en un homenaje al coronel y alguno se queda a vivir en la ciudad. Mueren todos, asesinados de forma misteriosa en diversos puntos del pais en una afrenta al longevo coronel.
Remedios, La Bella, es la hija mayor de Arcadio y Sofía la Piedad. Destaca por su belleza y por su simpleza. Varios hombres mueren por causa de su belleza y atracción poderosa y fatal. Un día asciende hasta el cielo, cual virgen María.
Aureliano Segundo es el bisnieto más sobresaliente. Es hijo de Arcadio y de Sofia la Piedad. En su infancia se orientó a la soledad del taller de Aureliano Buendía, el coronel. Allí descubría el mundo de Melquíades, que se le aparece un día. Pero Petra Cotes lo saca de su ensimismamiento y lo convierte en una persona extrovertida. Pero se casa con Fernanda del Carpio, una hermosa muchacha con una educación para ser reina, que entra en la familia con mucha fuerza y trata de imponer una forma de vida muy monacal, presionando al resto de la Familia. La conoció cuando a ella la trajeron en una burla para convertirla en reina del carnaval de Macondo. Él se enamoró y fue a buscarla.
Cuando se casan, el mantiene una relación de concubinato con Petra Cotes, por lo que se pasa media vida en la casa de los Buendía y otra media en la casa de Petra Cotes. Como su padre y al contrario que su abuelo y su tío abuelo, tiene a sus hijos dentro del matrimonio, Remedios Renata, José Arcadio y Úrsula Amaranta, que representan la quinta generación de los Buendía en Macondo.
Muere por problemas respiratorios, procurando antes legar una buena situación a su familia.
José Arcadio, hermano de los dos anteriores, es poco atendido. En su juventud se dedica a la cría de gallos y a la Iglesia. De mayor entra a trabajar a los servicios de la compañía bananera que llega a Macondo. En su madurez se convierte en un lider sindical que se enfrenta a la explotación de la empresa bananera. Después de una represión atroz en la que mueren todos los manifestantes que esperaban a una autoridad en una plaza, tres mil personas, se retira en el cuarto de Melquiades. Allí envejece hasta morir.
Los tataranietos son Remedios Renata (Meme), José Arcadio y Úrsula Amaranta. Meme pasa su segunda infancia en un internado. Al volver pasa por varias fases, sumisión hacia su madre, complicidad con su padre y enamoramiento de un mecánico al servicio de los promotores de la explotación de plátanos. Fernanda se encarga de imposibilitar el amor de aquellos dos y conduce a su hija a un nuevo internado en un monasterio, en el que ella da a luz a un niño, al que llaman Aureliano.
José Arcadio es apartado muy pronto de la familia para que se convierta en Papa. Lo llevan a Roma, donde debe recibir la formación de Papa, como su madre recibió la preparación de reina. Sin embargo, al final de la obra se descubre que había engañado a todos y vivía en Roma si cumplir con el designio de su familia. A la muerte de Fernanda vuelve a Macondo, donde descubre el tesoro guardado por su tatarabuela para devolverlo al dueño que lo había dejado durante los años de guerra.
Es matado por unos chiquillos que había acogido en la casa, en venganza por la forma en que había terminado la relación de amistad y para robar el tesoro.
Amaranta Úrsula, la menor de los hijos de Aureliano Segundo y Fernanda del Carpio, vive una infancia de juegos con su tatarabuela y Aureliano. La llevan a Bruselas donde debe estudiar. Vuelve muchos años después, cuando ya ha muerto su hermano y sólo queda su sobrino en la familia. Trae a su marido, un belga simpático. Sin embargo, desarrolla una relación amorosa y sexual con su sobrino.
Dentro de esta relación pasional ella queda embarazada. En el parto, ella muere y nace la criatura humana con cola de cerdo, que siempre advirtió Úrsula Iguarán en las relaciones sexuales dentro de la familia Buendía. Más tarde muere la criatura por el descuido de su padre.
Aureliano es el penúltimo Buendía. Nace en el convento en el que se recluye a Meme. Es ocultado al pueblo por su abuela, Fernanda del Carpio, que se avergüenza de él. Juega con Amaranta Úrsula en su infancia. Es atendido y querido por su abuelo, Aureliano Segundo, cuando éste lo descubre durante los años de lluvía. Olvidado de todos se refugia en el cuarto de Melquiades y también afronta la interpretación de los pergaminos de Melquiades.
Cuando van muriendo sus parientes se queda a solas con Fernanda, primero; con José Arcadio, segundo; con Amaranta Úrsula, por último. Fernanda lo oprime; José Arcadio lo ningunea; Amaranta Úrsula lo quiere y lo cede a la relación pasional. Cuando se queda sólo afronta de una forma definitiva la interpretación de los pergaminos de Melquíades.
Descubre que allí se encuentran las predicciones para su familia. También comprueba que su familia y Macondo van a extinguirse en el enorme vendabal que sopla mientras el adquiere la noción de las predicciones.
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