3 de enero de 2013

La Emoción o Respuestas Emocionales


La Emoción o Respuestas Emocionales




Una Emoción o Respuesta Emocional es un estado afectivo que experimentamos. Es una reacción subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. 

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. 

Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis, más o menos violentas, y más o menos pasajeras.
 
En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.
 
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. 

Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. 

De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. 

Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.
 
Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.
 
Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.

Dividiremos las emociones o respuestas emocionales en: afectos, sentimientos y estados de ánimo.




Los afectos son borrascas emotivas de duración limitada que se acompañan de marcados e intensos signos somáticos de carácter expresivo, por ejmplo: un ataque de ira.


Los estados de ánimo (el temple anímico) son más persistentes y sus manifestaciones somáticas menos llamativas e intensas, por lo menos en lo que respecta a los signos viscerales, por ejemplo: el optimismo o la visión angustiada de la vida.


Los sentimientos se caracterizan por su infinita riqueza de contenido, por desarrollarse muy “dentro” de la esfera íntima y por estar casi totalmente desligados de manifestaciones somáticas viscerales, por ejemplo: el goce que provoca el aroma de una flor e la profunda conmoción espiritual que surge ante la contemplación de una obra de arte.


Fundamentos Neurobiológicos de las Emociones


Siguiendo los trabajos de Rosenzweig podemos decir que hay tres aspectos diferentes de las emociones: 

- La emoción es un sentimiento que es subjetivo, los seres humanos pueden describir una amplia variedad de estados, que “sienten”, algunos van acompañados de signos obvios de alegría, tristeza etc., pero frecuentemente estas manifestaciones carecen de indicadores evidentes. 

- Los estados emocionales van acompañados por respuestas somáticas y autónomas específicas que implican vísceras inervados por el sistema nervioso vegetativo, como el corazón, estomago ..

- Las emociones en muchos casos son respuestas denominadas “emocionales” como las respuestas de defensa o ataque a las amenazas, esta función según Darwin tiene un importante papel en la supervivencia del individuo porque ayuda a generar las apropiadas repuestas de emergencia, como las que provoca la aparición de un predador.

 

Las emociones van siempre acompañadas de reacciones somáticas. Son muchas las que presenta el organismo, pero las más importantes son:
     • Las alteraciones en la circulación.
     • Los cambios respiratorios.
     • Las secreciones glandulares.

El encargado de regular los aspectos fisiológicos de las emociones es el sistema nervioso. 

El sistema nervioso autónomo acelera y desacelera los órganos a través del simpático y del para-simpático; la corteza cerebral puede ejercer una gran influencia inhibitoria de las reacciones fisiológicas; de este modo algunas personas con entrenamiento logran dominar estas reacciones y llegan a mostrar un auto control casi perfecto. Dentro de los cambios fisiológicos que se presentan durante la emoción se pueden mencionar:
 
•  Aceleración de los latidos del corazón y del pulso.
Elevación de la presión sanguínea, por tanto, enrojecimiento de la piel.
• Rápida conversión del azúcar en energía.
• Cambio en la velocidad y profundidad de la respiración de acuerdo a la intensidad, duración y  conducta corporal de la situación emocional.
• Aumento de la sudoración, como producto del esfuerzo muscular.
• Dilatación de la pupila.
• Alteraciones faciales, entre otros

Es decir, los fenómenos afectivos se producen como una reacción de excitación ante los estímulos, que inciden en la conducta y el funcionamiento fisiológico del organismo, implicando manifestaciones de índole glandular, muscular o visceral, las cuales se pueden controlar de diversa manera, logrando provocar el equilibrio afectivo. 

A continuación se presentan algunos consejos para aprender a controlar las emociones:

- Mantener una apariencia tranquila ante los estímulos que provocan temor.
 - Controlar el lenguaje, ya que el control de las palabras ayuda a disciplinar las emociones
 
- Procurar ajustar los estímulos excitatorios de las emociones a las condiciones de tolerancia del organismo.
Aclarar cada día los pensamientos. 
- Aprender a proyectar en la mente situaciones nuevas, comparando las mismas con otras experiencias. 
- Hacer comparaciones con las diferentes situaciones.
Todo esto, con la finalidad de crear un equilibrio afectivo, evitando situaciones de frustración o conflicto, que puedan ocasionar enfermedades de tipo somático o de origen psíquico o emocional. 

Se puede resaltar con claridad que las conductas afectivas que logran manifestarse en forma positiva representan para el individuo una situación de adaptación a las circunstancias, que se traducen en madurez emocional.




Existen 6 Categorías Básicas de las Emociones. 


MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
 
SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.

AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.

IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.

ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.

TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.






En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utiliza para valorar una situación concreta y, por tanto, influye en el modo en que se percibe dicha situación. 

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.  



  La emoción puede ser desencadenada por situaciones, personas y objetos que se presentan como agradables, desagradables, buenos o malos. 

Lo que se considera bueno, nos agrada y se desea, y cuando se tiene, se disfruta.  

Por el contrario, lo que se considera malo, nos desagrada y se trata de evitar, se rechaza, y cuando se presenta, causa tristeza y descontento. 

Las situaciones que pueden desencadenar las emociones son básicamente de dos tipos:

     • Situaciones que exigen satisfacción de necesidades: hambre, sed, sueño, seguridad, aprecio, entre otras.
     • Situaciones en las que se busca el crecimiento.

 


                              Teorías de la Emoción




 
La base fisiológica de la emoción no está aun clara, ya que los investigadores no han logrado determinar el funcionamiento exacto de la misma. 

De acuerdo a la evolución científica se han elaborado diversas teorías, de las cuales las más conocidas son:
     • Teoría de James y Lange
     • Teoría de Cannon y Bard
     • Teoría de Arnold y Lindsley
     • Teoría de Schachter y Singer

 
Teoría de James y Lange (1884)
 
Según ellos la emoción se produce de la siguiente manera:
 
1. El órgano receptor percibe la situación que puede afectar, como una situación o peligro, y lo transmite a la corteza cerebral.
2. Se produce una situación desencadenándose una serie de manifestaciones orgánicas.

3. Se perciben estas modificaciones del organismo y entonces es cuando se siente la emoción.
Las fallas que presenta esta teoría son que no indica la participación de los centros cerebrales; la emoción es independiente de las recepciones y se ha comprobado que personas paralíticas tienen capacidad emotiva.




Teoría Talámica de Cannon (1927) y Bard (1934)
 
Cannon y Bard descubrieron que el tálamo y el hipotálamo son los centros que regulan las actividades nerviosas de la emoción, proponen lo siguiente:
 
1. El estímulo se transmite desde el órgano receptor hasta la corteza a través del hipotálamo y del  tálamo.
 
2. Si es muy fuerte, supera la inhibición que ejerce la corteza sobre el tálamo y se activan los mecanismos talámicos.

3. Los mecanismos talámicos a través del hipotálamo, desencadenan las manifestaciones orgánicas de la emoción.
 
4. Una señal de este desencadenamiento es transmitida a la corteza.

5. La corteza procesa la respuesta.

Las fallas que presentan esta teoría son, el tálamo no es esencial en la emoción; el hipotálamo no tiene proyecciones sensoriales específicas a la corteza; hay emociones que se producen sin la desinhibición cortical; la corteza cerebral tiene no solo funciones inhibidoras sino también excitadoras.  



Teoría de la activación o excitación de Arnold y Lindsley (1951)
 
La emoción se produce de la siguiente manera:
 
1. Los estímulos tanto viscerales como somáticos llegan a la formación reticular; allí se integran y se difunden por el hipotálamo y el tálamo y a través de este se activa la corteza.

2. Si la intensidad del estímulo es fuerte, aumenta la actividad cerebral y la corteza da una señal de alerta que desinhibe los centros di encefálicos: hipotálamo y tálamo.

3. El patrón de alerta hace que se produzca la expresión orgánica de la emoción y se desencadenan una serie de modificaciones orgánicas producidas y esta percepción influye en la toma de posición emocional.
 
4. La toma de posición emocional producida por el estímulo original y los estímulos de lo que está ocurriendo en el organismo, refuerza el desarrollo de la emoción.

Las fallas de esta teoría son, el alerta cortical no tiene las graduaciones tan finas como para correlacionarse con cada emoción; el alerta cortical es un requisito, pero no explica el comportamiento emocional.




Teoría de Schachter y Singer
 
Mantiene que las emociones son debidas a la evaluación cognitiva de un acontecimiento, pero también a las respuestas corporales: la persona nota los cambios fisiológicos, advierte lo que ocurre a su alrededor y denomina sus emociones de acuerdo con ambos tipos de observaciones. 

El niño al nacer no posee emociones diferenciadas, estas se van definiendo a lo largo del proceso de maduración. Las emociones pueden considerarse como pautas de conductas innatas relacionadas con los instintos, pero se distinguen de ello en que no son tan rígidas y que varían de un individuo a otro, de acuerdo a las experiencias propias.




 Según Bridges y Wallon hay 3 fases en el desarrollo emocional:

     1. Predominio del plano visceral de la sensibilidad de 1 a 6 meses: Donde el niño experimenta el esquema displacer – excitación – placer. A los 6 meses comienzan a aparecer el miedo, la  cólera y el amor.

    2. Predominio del plano propioceptivo de la sensibilidad: 6 meses a 1 año. Donde el niño se va desligando de su madre, comenzando a interesarse por el mundo que lo rodea, dando origen a nuevas emociones.

    3. Predominio del plano exteroceptivo de la sensibilidad: A partir del año comienza a socializarse, interactuando con el resto del mundo. Aparecen emociones como: celos, alegría, tristeza.

A medida que el niño va creciendo, aprende a manifestar sus emociones. El papel que juega la familia y los padres, en dichos aprendizajes es muy importante en el desarrollo de una conducta emotiva adecuada. De este modo, los principales factores que influyen en el individuo y su manera de manifestar las emociones son:

     • La experiencia del dolor y del placer, ayudan a una mejor adaptación y protección del individuo cuando se superan positivamente. Crean la memoria emocional. Por ejemplo: cuando una persona es atacada por un animal, le teme a ese animal.

     • El factor colectivo, ayuda a internalizar las emociones que afectan a una colectividad por ejemplo: el niño imita las actuaciones de su familia, club, amigos, entre otras, ante una situación de riesgo como un temblor, un incendio, entre otros.

     • La transferencia, es cuando se reproducen las mismas emociones frente a situaciones y objetos similares, ejemplo: cuando el alumno manifiesta su rechazo a todos sus profesores, a causa de un problema con uno de ellos.

     • La proyección, cuando se desplazan los estados emotivos adquiridos, hacia objetos nuevos. Por ejemplo: el miedo hacia un objeto en concreto, que luego se convierte en miedo a la oscuridad, a la soledad, a las alturas, entre otros.

     • El pensamiento, es el que hace evocar hechos a personas que han desencadenado las emociones y por transferencia o proyección los convierte en nuevas emociones. Por ejemplo: al recordar un hecho trágico puede provocar la emoción del dolor y la tristeza.



               
              Aspectos Psicológicos de las Emociones
 
Las emociones se diferencian de los sentimientos en que éstos no se acompañan de cambios en la esfera corporal (o de producirse, éstos son mínimos), y en que la persistencia o duración de las emociones es mucho más grave. 

Hay que distinguirlas también de las llamadas vivencias emocionales, éstas son experiencias en las que surgen una o más emociones, lo que no es igual a la emoción en sí, que sería más bien producto de esa vivencia, aunque van estrechamente unidas. 

De este modo, los sentimientos suministran, a cada instante, durante todo el día, datos potencialmente aprovechables. 

Pero no basta con tener los sentimientos. Es necesario saber reconocerlos y apreciarlos, tanto en uno mismo como en los demás, así como reaccionar a ellos correctamente.

Las personas que saben hacerlo utilizan la inteligencia emocional, que representa la capacidad de sentir, entender y aplicar eficientemente el poder de todas aquellas emociones y que dan fuerza, confianza y creatividad, indispensable para poder llevar a buen término ciertas iniciativas relacionadas con la mente, tales como el control de calidad y desarrollo de las competencias fundamentales para la resolución de situaciones. 

A medida que el sujeto va desarrollando las distintas características de su inteligencia emocional, lo más probable es que observe que, al mismo tiempo, va aumentando su capacidad en los siguientes aspectos: la intuición, disposición para confiar en los demás, capacidad para inspirar confianza, un carácter sólido y de auténtica personalidad, el aprecio por la satisfacción constructiva, la capacidad para encontrar soluciones acertadas en situaciones difíciles y para tomar decisiones inteligentes y un liderazgo eficiente.

                               Frustraciones y Conflictos
 

Las motivaciones que tiene el individuo hacia determinadas metas despiertan y orientan sus conductas hacia el logro de las mismas. Cuando éstas se alcanzan se habla de éxito. 

El fracaso se produce cuando una necesidad o el logro de una meta es obstaculizada por factores de cualquier tipo. 

La vivencia del fracaso se llama frustración. Es cuando un organismo motivado interrumpe su conducta hacia una meta, para que se produzca la frustración es necesario: que exista una privación, es decir que esté presente un impulso para lograr algo que no se tiene y que exista un impedimento, algún tipo de interferencia que impida la gratificación o la realización de la acción. 

Un ejemplo pudiese ser cuando un alumno se prepara para una prueba de lapso que el docente realizará en forma oral. Aunque el alumno sabe que domina todos los contenidos, al llegar el momento de responder, en lugar de hablar, se bloquea y comienza a tartamudear sin lograr expresarse claramente, ocasionado un fracaso provocado por la situación de emoción que suscita la prueba oral. 


La Inteligencia Emocional




El término Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás. Inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas.

El concepto de Inteligencia Emocional, aunque esté de actualidad, tiene a nuestro parecer un claro precursor en el concepto de Inteligencia Social del psicólogo Edward Thorndike (1920) quien la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas".

Para Thorndike, además de la inteligencia social, existen también otros dos tipos de inteligencias: la abstracta –habilidad para manejar ideas- y la mecánica- habilidad para entender y manejar objetos-.

Un ilustre antecedente cercano de la Inteligencia Emocional lo constituye la teoría de ‘las inteligencias múltiples’ del Dr. Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, quien plantea ("Frames of Mind", 1983) que las personas tenemos 7 tipos de inteligencia que nos relacionan con el mundo. A grandes rasgos, estas inteligencias son:

Inteligencia Lingüística: Es la inteligencia relacionada con nuestra capacidad verbal, con el lenguaje y con las palabras.

Inteligencia Lógica: Tiene que ver con el desarrollo de pensamiento abstracto, con la precisión y la organización a través de pautas o secuencias.

Inteligencia Musical: Se relaciona directamente con las habilidades musicales y ritmos.

Inteligencia Visual - Espacial: La capacidad para integrar elementos, percibirlos y ordenarlos en el espacio, y poder establecer relaciones de tipo metafórico entre ellos.

Inteligencia Kinestésica: Abarca todo lo relacionado con el movimiento tanto corporal como el de los objetos, y los reflejos.

Inteligencia Interpersonal: Implica la capacidad de establecer relaciones con otras personas.

Inteligencia Intrapersonal: Se refiere al conocimiento de uno mismo y todos los procesos relacionados, como autoconfianza y automotivación.

Esta teoría introdujo dos tipos de inteligencias muy relacionadas con la competencia social, y hasta cierto punto emocional: la Inteligencia Interpersonal y la Inteligencia Intrapersonal. 

Gardner definió a ambas como sigue:

"La Inteligencia Interpersonal se construye a partir de una capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás: en particular, contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones. 

En formas más avanzadas, esta inteligencia permite a un adulto hábil leer las intenciones y deseos de los demás, aunque se hayan ocultado... "

Y a la Inteligencia Intrapersonal como "el conocimiento de los aspectos internos de una persona: el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre las emociones y finalmente ponerles un nombre y recurrir a ellas como un medio de interpretar y orientar la propia conducta..."

           

            Cómo Manejar la Inteligencia Emocional 

 



El concepto de la inteligencia emocional postula ampliar la noción de inteligencia (tradicionalmente ceñida a una serie de habilidades racionales y lógicas) incorporando una serie de habilidades emocionales.

Conciencia de las propias emociones: Quien no se percata de sus emociones queda a merced de las mismas. Identificar las propias emociones al evaluar situaciones pasadas implica una primaria inteligencia emocional. Distinguir un sentimiento mientras está aconteciendo supone una inteligencia emocional desarrollada.

   Manejo de las emociones. Capacidad de controlar los impulsos para adecuarlos a un objetivo. Habilidad que se puede "entrenar" como, de hecho, hacen los actores que son capaces de generarse el estado emocional más apropiado para representar un papel. Aprender a crear un determinado estado emocional... son palabras mayores. Se recomienda empezar por intentar controlar la duración de las emociones. Algo que sucede hace emerger nuestra furia. Parece inevitable. Pero esa furia puede durar un minuto, una hora o un día. Algo que acontece nos pone tristes. ¿cuánto tiempo haremos durar esa tristeza?

  Capacidad de automotivación. Las emociones nos ponen en movimiento. Desarrollar la capacidad de entusiasmarnos con lo que tenemos que hacer, para poder llevarlo a cabo de la mejor manera, aplacando otros impulsos que nos desviarían de la tarea mejora el rendimiento en cualquier actividad que se emprenda. 

  Empatía. Es el nombre que recibe la aptitud para reconocer las emociones en los demás. Proviene del griego empatheia, que significa algo así como "sentir dentro", es decir, percibir lo que el otro siente dentro suyo. Los sentimientos no suelen expresarse verbalmente sino a través del tono de voz, los gestos, miradas, etc. La clave para la empatía reside en la destreza para interpretar el lenguaje corporal.
  
   Manejo de las relaciones. Así como un paso posterior a reconocer nuestras emociones consiste en aprender a controlarlas; de modo análogo, una instancia ulterior a la empatía estriba en manipular las emociones de los demás.

Esto último promueve la inquietud acerca de la ética. Las habilidades descriptas arriba, una vez desarrolladas pueden ser empleadas de distintas maneras. Pueden sujetarse a un fin solidario o a una motivación egoísta. 

Por ejemplo, la empatía puede ser utilizada por un profesor para mejorar la transmisión de una enseñanza a sus alumnos. Puede ser usada por un vendedor para vender un producto.

Si se desarrolla el autocontrol emocional y la empatía, se puede efectivamente manipular a otra persona que no haya desarrollado estas capacidades. Se puede saber cómo hacerla enojar, entristecerla, hacerle sentir miedo, entre otros.

El Estrés





























































































 El estrés es el cansancio mental producido por las tensiones nerviosas que surgen  cuando las personas se enfrentan a  presiones del entorno social que a diario se le presentan. Es una forma de manifestar las angustias y el agotamiento físico generalizado. 

Las causas del estrés son: exceso de trabajo, angustias, presiones económicas, preocupaciones, dormir menos de 6 horas. 


El estrés puede manifestarse de distintas formas: mal humor, dolor de cabeza, dolor en las extremidades, agotamiento, y puede tener consecuencias graves en la persona tales como  desequilibrio emocional.

 El estrés parece ser el responsable de muchos males, es un estado de ansiedad cuyos síntomas son de agobio, sobrecarga, y agotamiento. 



 Estas son reacciones fisiológicas normales del cuerpo cuando este reacciona contra cualquier agente externo. 

Sin embargo, si la tensión se mantiene por mucho tiempo o constantemente, se produciran graves consecuencias para la salud, es lo que se conoce como estrés crónico.


 Al principio llega la ansiedad, angustia y  agotamiento, después comienza las somatizaciones que pueden llevar a varios tipos de trastornos y niveles de gravedad, que se pueden reflejar en dolores de cabeza, eczemas, caída del cabello, hasta enfermedades graves.

El sistema nervioso está formado por el sistema simpático, que se encarga de acelerar el corazón e inyecta energía, y el sistema parasimpático, que relaja el ritmo cardiaco y hace que el cuerpo se desacelere. 


El sistema nervioso autónomo compuesto por estos dos, regula el funcionamiento de los órganos internos y su proceso de forma automática. 

Esto incluye la reacción, inconsciente frente al estrés. Entonces cuando el sistema nervioso autónomo esta en desequilibrio, el organismo se encuentra estresado.


Cuando una persona esta centrado en un trabajo o tarea que le agrada, el cuerpo y la mente funcionan de manera tan coordinada que la labor no parece costar tanto esfuerzo y se experimenta una sensación de bien estar. 

El organismo está relajado y toda la energía está centrada en el trabajo que se está ejecutando. 


Si al contrario se siente miedo o inseguridad, rechazo u odio, generando energías negativas, esto descontrola la labor que se desea ejecutar, causando estés.

Cuando se trabaja y se llega a pensar en alguna amenaza, como por ejemplo si no lo hago bien sacare mala nota, se altera el sistema parasimpático y se siente malestar, como una molestia en el estómago. 

Si se repite constantemente este tipo de pensamientos negativos, las consecuencias pueden ser graves reflejándose en un cansancio o agotamiento, retraimiento o depresión.



  
Si el pensamiento negativo es de odio o rechazo hacia uno mismo, como no sirvo para nada no hago nada bien, el sistema simpático recibe el mensaje, y se dispara una sobrecarga de energía reflejando la ansiedad y tensión, entre otros. 

A la larga, en los dos casos aparecen males psicosomáticos y debilitamiento del sistema inmunológico que genera otras enfermedades.




Para el manejo del estrés, lo primero es identificarlo, reconocerlo, asumirlo, aceptarlo y ponerse en marcha para tratarlo.

Pensar en estrategias adecuadas, tiene que ver con la toma de conciencia donde existen técnicas de relajación y respiración que funcionan intentando que detone la activación del parasimpático y neutralizar los efectos del suprafuncionamiento del simpático que opera en las situaciones de estrés así como también es importante pensar en modificar el estilo de vida.



La psicoterapia es uno de los caminos posibles para ayudar a mejorar la calidad de vida.
 
También ayuda los trabajos y técnicas específicas de respiración y de relax.

 


En ciertas enfermedades crónicas es apropiado el trabajo en grupos de apoyo.
 
Es fundamental mantener una dieta sana, realizar ejercicio, cuidar el sueño y mantener espacios de esparcimiento.




Psiconeuroinmunología


 
Desde hace relativamente pocos años se viene desarrollando una nueva disciplina científica denominada Psiconeuroinmunología (PNI). 
 
Este campo del conocimiento explora las interconexiones puestas en evidencia, a través de diversos estudios entre los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino. 
 
Tanto el sistema inmunológico como los sistemas cardiovascular y nervioso han sido estudiados en forma aislada e incluso como sistemas autónomos y es recientemente con los avances de la medicina experimental, que se ha tendido hacia la integración en el estudio de dichos sistemas, especialmente a partir de la descripción de los efectos del stress sobre la inmunidad o la capacidad de respuesta defensiva del organismo ante los ataques de virus, hongos o bacterias. 
 
Hoy en día es conocido que el SNC desempeña un significativo papel en la regulación del sistema inmunológico (SI) y existe una reciprocidad en el control del cerebro por el SI.

La PNI ha planteado el desafío de tratar la mente y el cuerpo como una unidad en la cual es posible estimular la denominada farmacología humana, para de esta manera influir en el sistema inmunológico y en los mecanismos que permiten afrontar la condición de enfermedad; pudiendo hacer posible desde una mejor calidad de vida hasta la sanación.

Los estudios sobre el efecto del estrés sobre el sistema inmune han permitido el conocimiento de la compleja interacción entre los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico. 
 
Un evento estresante de orden físico, ambiental o emocional induce una respuesta fisiológica alterada, básicamente por los altos niveles de ACTH y cortisol, lo cual tiende a afectar la funcionalidad del sistema inmune y/o crear la percepción en el individuo de ver menoscabada su capacidad de afrontar ese evento; así como, potenciar la vulnerabilidad a una serie de enfermedades de alto riesgo, tales como cáncer, enfermedades autoinmunes y diversas alteraciones endocrinas.

La Psiconeuroinmunología plantea diversos desafíos, por una parte a los individuos que buscan la verdad en los avances del conocimiento científico y por otra, a aquellas personas que la buscan desde su experiencia existencial.

La salud y la enfermedad con la Psiconeuroinmunología ya no pueden ser vistas con aquella lógica reduccionista y mecanicista, que consideraba al cuerpo como una máquina, a la enfermedad como averías de la máquina, a la intervención del médico o los profesionales de la salud como los reparadores de la máquina y la salud como la ausencia de averías o enfermedades.

Los avances del conocimiento científico han ido, paulatinamente configurando una racionalidad científica más integradora, que incluye la dialéctica de los fenómenos a conocer y la red de relaciones que se generan entre ellos. 
 
Diversas disciplinas científicas han debido buscar el terreno común sobre el cual es posible construir una perspectiva nueva de la salud y la enfermedad y en esencia de la existencia humana, dando lugar a un enfoque trasndisciplinario.       
                                              
La Psiconeuroinmunología  lleva a considerar la salud como un camino que  se puede elegir y la enfermedad como una equivocación que es posible enmendar de algunas formas. Esto representa diversas repercusiones no suficientemente exploradas para la prevención y cuidados de la salud, y ha señalado rumbos esperanzadores a quienes han enfermado.

Para combatir las enfermedades, la Psiconeuroinmunología debe proveer básicamente el conocimiento de la dinámica biológica de la medicina humana y alternativa o técnicas médicas complementarias, ofrece también desarrollar nuevos modelos no lineales de salud y enfermedad

Por su singularidad, la psiconeuroinmunología, es un puente para las disciplinas tradicionales de psiquiatría, psicología, neurología, endocrinología, inmunología, neurociencias, medicina interna, incluyendo también la cirugía (cicatrización de heridas). 

La colaboración interdisciplinaria es generalmente esencial e intrínseca para su investigación. 

Dado que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico tienen íntimas uniones, las perturbaciones en un sistema, se reflejaría en el otro. 

Algunos de éstos pueden tener implicaciones para la salud física, involucrando en conjunto la salud mental y la salud.


Hacia los Nuevos Modelos de Salud y Enfermedad


 
Puede verse la salud como la capacidad del organismo de regular su propio comportamiento y fisiología y coordinar los modelos de respuesta a los desafíos ante los cambios. 


Los dos sistemas están mediados por el ambiente, el sistema nervioso central y sistemas inmunológico comunicados entre sí y, como se ha expresado puede verse como un solo sistema integrado para la adaptación y defensa. 

Psiconeuroinmunológicamente se están disolviendo el dualismos de mente-cuerpo, cuerpo-ambiente e individuo-población

Comprendiendo que se ponen en correlación el estado del cuerpo con los significantes experimentados corporales en el individuo, los pacientes experimentan en su cuerpo nuevas formas de expresión. 

El conocimiento somático es semejante a la visión psicológica, y cada uno tiene un rol en el mantenimiento de la salud física y mental.

Los pacientes pueden comprender que el cuerpo que él o ella presentan para el tratamiento, es un cuerpo mental/somático, de experiencia significativa, y es influenciado por su propia sensibilidad. 

La Psiconeuroinmunología (PNI) no sólo debe ayudar a entender la patofisiología y la psicofisiología de la enfermedad en más de un sistema de orientación teórica, sino que debe valorar también la relación médico – paciente y el propio rol del paciente en la superación de la enfermedad y mantenimiento de la salud. Así, la psiconeuroinmunología mantiene una base científica para la práctica de la medicina humanística.

En base a esto, se ha descubierto que:

     • El apoyo social puede mejorar los efectos del estrés.

     • Los desastres naturales pueden haber prolongado los efectos de la inmunidad.

     • El ejercicio puede afectar la inmunidad positivamente o negativamente.

     • El ejercicio aeróbico intenso aumenta temporalmente la cantidad de células NK y su actividad, por lo que fortalece el sistema inmune.

    • Concluido el entrenamiento sin adecuados períodos de descanso y recuperación puede disminuir las funciones de células NK y T y aumentar la incidencia de enfermedades  infecciosas.

    • Varios estudios han demostrado una asociación entre la inactividad física y el riesgo de cáncer de colon, experimentos en animales con tumores tienden a demostrar que hacer ejercicio reduce la carga del tumor.

  • Incluso el ejercicio moderado en personas mayores muy frágiles pueden reducir las funciones  de ambas células NK y T, contrariamente a los efectos de ejercicios, moderando la resistencia en forma creciente a enfermedades infecciosas.

  • El ejercicio y la alimentación controlada aumenta la esperanza de vida demostrado en estudios con animales.

   • La combinación de ejercicio y la restricción de comidas severa encontrada en pacientes con  anorexia lleva (como en los animales experimentales) a la inmunosupresión.

La salud del individuo es un proceso complejo sustentado sobre la base de un equilibrio entre factores biopsicosociales

Lograr que cada individuo se adapte a su medio implica la mantención de la adecuada sincronización de las funciones de los sistemas de su organismo y en caso del surgimiento de un desbalance, esta adaptación depende del restablecimiento de ese equilibrio. 

Si el desbalance es muy grande, generalmente hay necesidad de acudir a un especialista terapeuta, mientras más traumática sea la lesión, más urgente será acudir tanto a la medicina convencional como a la tradicional. 

En la enfermedad se afecta tanto el cuerpo como la mente y ante todo debemos aceptarla y cada cual debe tomar la dirección y responsabilidad de su salud.